Convento de la Purísima Concepción
El convento de la Purísima Concepción, de religiosas recoletas de San Francisco, fue fundado en 1623 por Don Rodrigo Ponce de León, IV Duque de Arcos, Virrey de Nápoles y su esposa Doña Ana de Aragón y Sandoval.
Dicha fundación se produce a instalaciones de la venerable Sor María de la Antigua.
Está ubicado dentro del que fue Palacio de los Duques de Arcos, donde se asentó en 1631 tras varios traslados.
La entrada al compás del convento es un vano adintelado sobre el que figura un panel del siglo XVII de azulejos con un escudo de los fundadores y la Inmaculada sobre una vista de Sevilla.
En su interior, se dispone una galería con arcos de medio punto y, en un lateral, la entrada a la hospedería de Santa María que regentan las propias monjas de clausura.
La Iglesia del convento-capilla particular de los duques está construida en mampostería, a partir de 1751. Es de una sola nave con retablo Barroco de madera sin dorar del siglo XVIII.
En la hornacina central aparece una imagen de Candelero de Ntra. Sra. De La Concepción del s. XVII.
En la decoración destaca una selección de grabados y estampas de las diferentes épocas, repartidos por los muros, bóvedas de la Iglesia y coro que se encuentra a los pies del templo.
En el conjunto destacan obras de Durero. Carlo Marata, etc. y proceden de la colección particular de Doña Guadalupe de Lancaster y Cárdenas, Duquesa de Aveiro y Maqueda, donados por su hijo el Duque de Arcos, Don Joaquín Ponce de León.
Convento de Santa Clara
Fue fundado como convento en 1502 y albergó a las monjas Clarisas hasta 1974.
Hoy, solo queda en pie la Iglesia, siendo Sede de la Hermandad del Señor de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de los Dolores que realiza estación de penitencia el Miércoles Santo.
El edificio es de tipología conventual, con una sola nave y presbiterio plano. La cubierta es de cañón con lunetos en la nave y de artesa en la cabecera. Ambas son posteriores a la construcción de la Iglesia.
El retablo mayor responde a los modelos de la primera mitad del siglo XVII y consta de cinco calles, tres cuerpos y un remate, separadas las primeras por columnas entorchadas con el primer tercio decorado. La calle central y las dos extremas rematan su cuerpo en frontones rotos y enrollados, conservándose en cada cuerpo los órdenes Dórico, Jónico y Corintio.
La iconografía se compone de esculturas y relieves. Destaca la imagen de la Virgen del Buen Suceso, que se halla sobre el Sagrario, de pequeño tamaño y restaurada.
Se conserva también un magnífico púlpito de hierro forjado con su tornavoz de madera tallada y dorada, fechado en 1731.
A los pies de la nave está la reja que separaba la Iglesia del coro de las monjas, así como un coro alto de madera tallada y pintada.
Convento de San Andrés
El convento San Andrés es una ermita mudéjar situada en extramuros de la Puerta Osuna.
Se fundó en 1537 por voluntad del Sacerdote Gonzalo Jiménez de Benjumea a esta advocación y sirvió de capilla funeraria al fundador y a su familia.
Cien años más tarde, en 1637, D. Rodrigo Ponce de León, IV Duque de Arcos, aprovechó esta fundación y templo para acoger a las religiosas mercedarias descalzas.
La antigua ermita San Andrés, sufrió una profunda transformación a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, construyéndose la cúpula de la capilla mayor y el coro bajo del templo.
Este coro posee dos tramos cubiertos por falsas bóvedas de arista completamente decoradas por bellas pinturas al temple, realizadas en 1714. Luce un sencillo retablo que lo preside la imagen de María de la Merced, comendadora tallada en madera estofada de la escuela de Sevilla del siglo XVIII. Viste hábito de la orden y posee una vistosa y rica policromía.
El retablo mayor, muy reformado, corresponde al s. XVIII y es de madera tallada y dorada con gran riqueza ornamental.
La imaginería principal son la virgen de la Merced y San Andrés.
Entre las joyas del templo podemos destacar: una tabla de la Piedad del siglo XVI, obra de Luis Morales; otra de Jesús Nazareno, del mismo círculo de divino Morales, un ecce homo atribuido a Luca Giordano y una anunciación atribuida a Murillo.
Como curiosidad, el convento conserva los llamados "libros de profesiones", que recogen toda la documentación de las monjas desde los orígenes de la fundación hasta el cierre del convento en 1974.