Una Semana Santa singular
En Marchena se conservan dramatizaciones Sagradas de la Pasión de Jesús, tales como "El Mandato!", "El Prendimiento", "El descendimiento"...
Cuatro Hermandades conservan sus Centurias Romanas que acompañan a sus Sagrados Titulares.
Los nazarenos de la Hdad. de Nuestro Padre Jesús portan motivos, lienzos y enseres de la Pasión del Señor.
Marchena es uno de los centros cantaores donde se crea la Saeta. Y conservamos estilos que remontan al s.XVI.
Son cientos las razones para conocer una de las Semana Santa más interesantes de la provincia de Sevilla.
La Semana Santa es la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo mediante la Liturgia de la Iglesia y las procesiones penitenciales por las calles y plazas de la localidad.
En Marchena, esta importante manifestación pública de fe y religiosidad es vivida como la gran fiesta del ciclo festivo anual, declarada en el año 2001 “Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía”.
De esta manera, la Semana Santa marchenera no puede contemplarse como mero fenómeno pintoresco, sino como auténtica manifestación de nuestro rico patrimonio religioso y cultural, tanto en su dimensión material (imaginería, orfebrería, bordados…) como inmaterial (rituales con dramatizaciones sagradas, convivencia de los estilos de saetas primitivas con los flamencos…).
Este reconocimiento está plenamente justificado por el esplendor con el que se celebran las procesiones religiosas y, sobre todo, por la conservación de tradiciones, rituales y expresiones orales, heredadas y transmitidas de generación en generación a lo largo de su proceso histórico y que ha convertido la Semana Santa marchenera en una de las más singulares de la provincia.
De las múltiples particularidades que se pueden vivir en ella, debemos destacar las dramatizaciones sagradas de la Pasión de Jesucristo, derivadas de los Autos Sacramentales del siglo XVII, tales como “El Mandato, “El Prendimiento”, el “Descendimiento”; “los personajes de la Pasión (Las Tres Marías, la Verónica, la Centuria Romana…) representados por personas del pueblo. De ellas, “El Mandato”, celebrado el Viernes Santo por la Hermandad de Jesús en la Plaza Ducal, constituye uno de los escasos ejemplos de representación plástica o escenificación teatral del Drama Sagrado en Andalucía. Mientras se predica el sermón se suceden la sentencia de Pilato, la defensa del ángel, el encuentro de Jesús, María y San Juan Evangelista, las tres caídas y la subida de la Verónica a limpiar el rostro de Jesús.
La procesión, que se inicia al concluir el acto, se caracteriza por la conservación de enseres y atributos relativos a la Pasión (corona de espinas, caña, martillo, hisopo ...) y los característicos “pasos”, carteles o lienzos con ilustraciones bíblicas y alegorías marianas, portados por los propios hermanos nazarenos, que en origen, cantaban la cuarta alusiva al motivo o lienzo que portaban, sucedidos entre un rachear de cadenas enganchadas a los pies.
La saeta es una tradición que manifiesta la importancia de Marchena como localidad saetera en el panorama andaluz y lugar indispensable de visita para su disfrute, estudio e incluso aprendizaje. En su Semana Santa no sólo escuchamos un importante número de saetas en la calle y de manera espontánea, sino también podemos aprender a cantarlas en la primera escuela de saetas creada en Andalucía: la Escuela de Saetas “ Señor de la Humildad”. La antigüedad y diversidad de estilos de saetas, (10 autóctonos), es una de las principales características, conviviendo con gran belleza “Cuartas”, “Quintas y “Sextas” y los estilos flamencos “marcheneras” (pura y por martinete), “carceleras” (de los presos, de los hermanos y moleeras), y por seguiriyas (con o sin tercios finales). Las saetas es parte de nuestro patrimonio inmaterial que no se puede tocar, pero si sentir, exclusivo no sólo de determinadas Hermandades a las que se adscriben, sino de toda la localidad que las canta. Es una de las señas de identidad de la Semana Santa marchenera.
Otra particularidad de gran interés en nuestra Semana Santa, es el acompañamiento informal que, tanto las imágenes de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús como la de Ntra. Señora de la Soledad, reciben en determinados momentos de su estación de penitencia. Este recorrido popular, de profunda emotividad por el elevado número de saetas cantadas, se puede vivir en la salida de los pasos de la Cofradía nazarena (madrugada del Vienes Santo) y en la entrada de la Virgen de la Soledad (madrugada del Domingo de Resurrección), también denominadas “Las moleeras” puesto que de ellas se sale “molío”.
Finalmente, la celebración del Domingo de Resurrección es otro acontecimiento que hace singular la Semana Santa de Marchena. En él, y como prolongación final de la misma, las residencias canónicas de las instituciones cofrades abren sus puertas para recibir la última visita de los marcheneros a sus imágenes veneradas, así como, para escuchar las últimas saetas del año. Si se desea, también se puede comprar algún recuerdo o degustar la exquisita repostería local, tradicional y única manera de despedir la Semana Santa denominada popularmente “Recorrer las Estaciones”.
Como podemos observar, la Semana Santa de Marchena no sólo manifiesta la vivencia de fe de los marcheneros en torno a sus signos religiosos, sino también la existencia de una cultura, de un pueblo, con una identidad específica. La labor de las Hermandades como base en la organización de la misma, así como la masiva participación de todos los marcheneros en ella, garantizan su esplendor.
Como visitantes y como ciudadanos, debemos contemplarla y vivirla con la sensibilidad que nuestros sentidos nos permiten, abiertos at odas las sensaciones espirituales, estéticas y emocionales, puesto que como patrimonio de cultura, de identidad y de fe que es, lo merece...